El proceso ha sido el siguiente: durante los pasados días, en los que he ido comentando a la gente que me voy a Dubai, he visto miles de reacciones, de todos tipos:
- «estás loco!!!»
- «¿sabes lo que te haces?»
- «¿ya te lo has pensado bien?»
- «estas oportunidades no las puedes dejar escapar»
- «ahora es el momento de hacerlo, adelante!!»
- etc
Hablando con la gente, he ido siendo cada vez más consciente de esta nueva etapa de la vida a la que me enfrento. Pero no ha sido hasta que he llegado al «terreno», que me he dado cuenta realmente de mi proyecto: recorriendo las calles de old Dubai, donde está el Dubai auténtico, y yendo después a la zona nueva, con los grandes hoteles, los super-edificios, la gente expatriada, los árabes con dinero, mucho dinero…Hoy ha sido el día en el que realmente he interiorizado mi futuro.
Y me siento muy bien! Tengo muchas ganas de conquistar ese pedacito de Dubai que me está esperando, ese pedacito que quiere conseguir la luna que quiero mostrarle.
Mañana es un día importante: a la una del mediodía tengo reunión-comida con el que espero que se convierta en nuestro partner comercial en la zona. El primer acercamiento ha sido muy positivo, pues él se mostro muy interesado en nuestros productos. Mañana ya hay que concretar.
Creo que estamos preparados. Y pienso que todo saldrá bien. Pero tengo aquella sensación de nudo que siempre se tiene antes de un examen, aunque sepas que lo llevas muy bien preparado. Tu ya sabes a lo que me refiero.
Así que hoy he vivido muchas sensaciones, reales y artificiales, pero ahora he vuelto a la tierra, que es donde siempre hay que volver después del sueño. Porque los proyectos hay que soñarlos primero, pero luego hay que transformarlos, tangibilizarlos. Y ahí estoy.
Mañana es un gran día.