Estoy en Londres. Me encanta esta ciudad. NY es mi número uno del ranking, pero Londres está por detrás, muy cerquita. Mi amiga Sandra dice que es una ciudad que decepciona cuando vives en ella. Dice que pierde su personalidad, que todo está franquiciado y que nada es auténtico. Bueno, esto es algo que pasa en muchas ciudades del mundo, pero hasta Londres tiene sus tiendecitas pequeñas de toda la vida que te encandilan cuando pasas por delante de ellas.
Aquí hace un frío impresionante. Estamos sobre los 0 grados, y la vuelta desde el metro hasta casa, en Wimbledon, han sido 10 minutos andando, eternos. Y pensar que en menos de 48 horas estaré casi 30 grados centígrados por encima!!! Ay, no podría vivir en Londres…aunque nunca se sabe! 😉
Pues aprovechando mi viaje a Dubai, estoy pasando estos dos días en casa de Sandra, mi gran amiga Sandra, quien te he mencionado arriba. Hace años que nos conocemos, pero la complicidad que tenemos parece la de una amistad de toda la vida. Nos entendemos mutuamente, y nos conocemos tanto que a veces no hace falta ni hablar. Sandra trabaja aquí en Londres, en Pfizer, y además de ser brillante como profesional – si, digo brillante, porque pocas veces he admirado a alguien profesionalmente – es una persona con un corazón inmenso. Es de aquellas mujeres grandes directivas que ahora resulta que están de moda, cuando hace ya unos años que existen. Es a la vez la feminidad y el carácter fuerte, la dulzura y la rigidez que en ocasiones hay que sacar para poner a la gente a raya. Es una persona muy interesante, que llena cuando hablas con ella.
Hoy hemos estado paseando por el Soho, lleno de gente, lleno de bares, restaurantes, y tiendas de lo más variopinto. Desde locales súper posh, hasta tiendecitas de lo más tirado que venden de todo. Al final hemos cenado en un pub típico inglés, y hemos pasado un rato resguardándonos del frío, charlando y recordando momentos y hablando también del futuro que nos espera.
Son 2 días breves pero intensos, que estoy disfrutando mucho y que me están ayudando a desconectar un poco del día a día. La semana que viene pinta muy bien, pero ya llegará: de momento estoy en Londres, ahora escribiendo desde una casita encantadora con suelos de madera, muy relajado, y apunto de ir a la cama, a dormir, que mañana hay que hacer muchas cosas.
Así que disfruta tu también del fin de semana, allí donde estés. Buenas noches.